La tipografía: ¡Qué guapo soy, qué tipo tengo!

Te ponemos en situación.

Tras un día agotador, por fin puedes hacer uso del sillón y dejar que tu mente se pierda en lo más recóndito de la tele. De repente, aparece la imagen de un morenazo de cuerpo descomunal.

Es muy probable que imagines lo bien que huele o lo simpático que puede llegar a ser, o hasta te lo imagines de cena en una terraza.

Para que luego digan que «el tipo» no importa, pero sí, importa y mucho.

Aunque no es oro todo lo que reluce. Ni sus pectorales son de hierro ni sus dientes porcelánicos que proyectan ráfagas de destellos luminosos son del todo creíbles.

Mientras tu mirada se posa sobre su cuerpo, y piensas cosas inconfesables sin apartar los ojos de la pantalla, en el fondo de la imagen hay un delfín que pasa desapercibido.

Tras realizar varios saltos acrobáticos de varios metros, y piruetas de infinitos tirabuzones y no sé cuántos triples saltos mortales, resulta que nadie se ha fijado en él.

¿Cómo puede ser, si lo que estamos anunciando es un acuarium y una exhibición de delfines?

El contenido es la prioridad de la comunicación. Sin un mensaje adecuado ni un contenido de calidad, llegarás con dificultad a tu cliente.

Y uno de los elementos clave de nuestros mensajes son los textos: qué escribimos y cómo lo hacemos.

Por eso hoy te hablamos de ese tipo del principio, que no es otro que un tipo en femenino: la tipografía.

¿Por qué es tan importante? Pues resulta que el cliente tiene la pésima costumbre de querer encontrar lo que busca con facilidad. Por eso, su decisión sobre lo que es elegible para la compra pesa mucho en que sea legible y comprensible.

Si tu cliente no lo lee bien porque no está bien organizado, o tiene dificultades para entender lo que está leyendo, no sabrá por dónde va y desconfiará de inmediato sobre el producto o servicio.

Para transmitir con claridad el mensaje es fundamental seleccionar al «tipo» (la tipografía) cuya personalidad represente valores o características de tus productos, o al menos que no los contradiga.

Más que darte una serie de recomendaciones sobre lo que debes hacer, te vamos a contar lo que debes evitar a toda costa si no quieres convertirte en un ANTITIPO:

Recomendaciones sobre el uso inadecuado de las TIPOgrafías

  • Elige tipografías impersonales que no transmitan nada de lo que quieres comunicar.
  • Si es posible, usa más de 3 tipos de fuentes diferentes y que no contrasten entre sí.
  • El tamaño, cuanto más pequeño mejor. Que no exceda de 13/14 píxeles que es a partir de cuando las personas empiezan a leer. Y si tu cliente es, digamos, maduro, piensa que la presbicia juega en tu contra…
  • En cualquier imagen, lo ideal es que descuides el contraste entre el fondo y el color de texto.
  • Escribe todo en MAYÚSCULAS, lo leerán más despacio. Úsalas sobre todo en mensajes largos, y ni se te ocurra utilizarlas en títulos, subtítulos ni en conceptos clave. Por cierto, ¿sabes que en redes sociales el uso de mayúsculas es el equivalente a hablar gritando?
  • Si además lo adornas todo con la cursiva, Lo bordas. No te cortes, aquí, más es menos.
  • Enamórate de los subrayados demasiado largos, ¡son la última tendencia! No te olvides que los guruses dicen que van fenomenal, sobre todo, para títulos con un tamaño de letra considerablemente pequeña. Así los tachas y ni si quiera se ve el título.

Pero ojo: también debes tener en cuenta que los párrafos cuentan, no sólo la tipografía.

Aquí sí te vamos a dar unos consejos prácticos para que no la líes parda:

1-Si usas texto justificado ambos lados, hay más huecos entre las palabras y la lectura se verá muy dificultada. Por eso, aunque quede menos estético, justifica a la izquierda.

2-Si no separas los párrafos, tendrás un conglomerado de palabras que dará muchísima pereza leer. Crea espacios entre ellos y evita que el lector piense que se va a pasar dos horas con ese tocho.

2-No te pases y no metas un rollo eterno en cada párrafo. Frases contras, breves y sencillas. No estamos hablando de física cuántica.

4-Recuerda que las personas en internet (web, redes sociales) no leen como el papel, sino que tendemos a escanean el texto seleccionando palabras y oraciones individuales.

¡Úsalas bien!

Ahora que ya sabes cómo «mantener el tipo», si no tienes tiempo para crear tus diseños o dudas sobre qué tipografía elegir para mejorar la comunicación de tu marca, nosotros podemos ayudarte.

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